En esta pestaña hablaremos sobre algunos
puntos que en las pestañas anteriores no quedaron claros o no se hablaron y son
necesarios de hablar para entender este tema.
Gerontología social
La gerontología social se determina según Shtiglitz como “una ciencia que se ocupa del hombre
como organismo social, que existe en un ambiente social y aceptado por éste”. Esta rama de la gerontología se encarga de
realizas diversos estudios sobre las problemáticas sociales de la vejez, ya sea
en el ámbito económico, de vivienda, educación, protección social.
Para intervenir o
idear las posibles soluciones para nuestra problemática, nos guiamos a través
de las herramientas que nos otorga el servicio de Gerontología social. Actualmente,
la significativa disminución de las tasas de mortalidad, el aumento
considerable de la expectativa de vida y la disminución de la tasa de
natalidad, ha producido el acelerado fenómeno del envejecimiento de la
población mundial y de nuestro país. Estos cambios, implican un proceso de
transformación de la estructura etaria y social de la población chilena.
Por este motivo se
requerirá, cada vez más, de un mayor número de profesionales capacitados para
el trabajo con personas mayores, especialmente cuando este fenómeno conlleva
una serie de desafíos que deben ser asumidos desde la perspectiva
Los Mitos de la vejez
Uno es viejo y decrepito a los 50 y 60
años: Según Pedro Paulo Marin antiguamente las personas creían que uno era
viejo y decrepito a los 50 y 60, pero no es así, hoy en día en Chile los
adultos mayores a los 60 y 70 años de edad viven sin ningún problema y si los
llegan a tener algún tipo de problemas, estos son solucionados por la tecnología,
hoy en día hay mejor salud mental gracias a las Vacunas y medios que se
invierten hoy en la sociedad.
El miedo a envejecer y a ser
considerados viejos: Esto es debido a que hoy en día el adulto mayor con
problemas de salud no ha sido beneficiada con los métodos que se usan para la
prevención de las enfermedades y tampoco tuvieron las comodidades que hoy en
día algunos adultos poseen
El viejo siempre es enfermo: Se asocia
automáticamente la vejez a la enfermedad, y se llega a creer que todo adulto
mayor tiene, por requisito, que estar enfermo. Si bien es cierto que, en la
vejez se dan una serie de cambios físicos que pueden llegar a afectar la salud
de la persona, esto no quiere decir que todos los adultos mayores están
enfermos. No necesariamente se debe ser viejo para estar aquejado por una
enfermedad, la vejez no es requisito para contraer enfermedades, estas se dan.
Una dieta balanceada, ejercicio físico y una elevada calidad de vida, favorecen
la salud.
El viejo se aísla, es terco, vagabundo y
cascarrabias: Este es uno de los mitos más comunes en nuestra sociedad, y
probablemente uno de los más preocupantes, ya que si se analizamos estas
características hablamos de aislamiento, inactividad y agresividad, síntomas de
una posible depresión. En algunas ocasiones suele confundirse la depresión con
“berrinches de viejos”, sin darnos cuenta que en realidad se puede estar frente
a una persona que necesita ayuda. De lo contrario, al no brindar el tratamiento adecuado y pasando
desapercibido una necesidad real, se puede obtener un resultado lamentable.
Los viejos no son productivos, son
inactivos, e inútiles: La realidad es que ningún adulto mayor es inútil, pues
solo basta acercarse a uno de ellos para darse cuenta de la sabiduría que posee
dentro de sí, y que la mayoría de las veces están ansiosos por compartir. Lo
que podría estar sucediendo es que nos
hemos ocupado de aislarlos y de hacerles creer que realmente no son
productivos. Sin embargo, este tema va más allá, pues en realidad debemos de
preguntarnos que es ser productivo, antes de decir que una persona no lo es. Al
respecto la ética funcionalista propone que esta situación llega a afectar no
solo al adulto mayor, si no a cualquier persona que pueda sufrir algún tipo de
discapacidad, que le impida acceder al sistema capitalista.
Los mayores ya no aprenden: Si bien es
cierto, en el periodo de la vejez se presentan una serie de cambios físicos,
estos son normales y si la persona no presenta ningún tipo de demencia o
enfermedad grave que se lo impida, puede desarrollar un proceso normal de
aprendizaje.
Ley 20.427
El maltrato hacia personas de la tercera edad
es tema de hace siglos, pero tan solo hace veinte años que se convirtió en un
tema de gran relevancia tanto para el ámbito social como para el ámbito de salud,
ya que acarrean una serie de problemas tanto físicos como psicológicos.
Según cifras de la Encuesta Nacional de
Victimización por Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales, 1 de cada 5
adultos mayores declara haber sufrido algún tipo de violencia; la violencia
psicológica leve es el tipo de violencia con más alta prevalencia en las
personas mayores (18.96%). El 13,9% de los adultos mayores ha recibido
violencia psicológica leve por parte de su cuidador, y una de cada veinte
personas mayores ha sido víctima de abuso patrimonial, en donde los ancianos se
ven pasados a llevar en temas económicos o de propiedades.
Es por esto último que se puede concluir que
las relaciones cuidador-adulto mayor no es de la mejor el 62,8% de las personas
mayores declara tener mala relación con el cuidador, existiendo un incremento
ya sea en violencia tanto física como verbal.
Los ancianos que viven con cuidadores o
familiares que están sometidos a vicios como el alcohol o las drogas sufren el
doble de violencia que los que no viven sumidos en estas condiciones. Esto se
da en el 11,9% de las personas mayores.
¿En que se basa esta ley?
Bueno ya conocido algunas estadísticas se
pueden dar cuenta que el abuso hacia los adultos mayores no es menor, para esto
el año 2010 se implementó una nueva ley, esta es la 20.427 que hace referencia
explícitamente sobre el abuso intrafamiliar.
“De acuerdo con la definición del artículo 5º
de la ley VIF, podríamos señalar que constituye violencia intrafamiliar contra
una persona adulta mayor, todo maltrato que afecte su vida, su integridad
física o psíquica, cuando el ofensor sea o haya sido su cónyuge o conviviente,
o bien su pariente por consanguinidad en toda la línea recta (bisabuelo/a;
abuelo/a; padre/madre; hijo/a; nieto/a; bisnieto/a) o en la colateral hasta el
tercer grado inclusive (tío/a sobrino/a).” (www.senama.cl, 2011)
Esta ley también explicita que se tomara como
maltrato intrafamiliar cualquier maltrato que se desarrolle en dependencias de
cualquier integrante del grupo familiar sin importar el grado de parentesco.
Con la ayuda de esta ley se podrán denunciar
los abusos hacia adultos mayores en Tribunales de Familia y tomar medidas
cautelares.
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